Huérfanos del ébola en África: Conozca el
sacrificado trabajo de los salesianos
Imagen referencial / Niña en el pueblo de Gueckedou, epicentro de la
epidemia de ébola en Guinea. Foto:
afreecom / Idrissa Soumaré / Flickr European Commission DG-ECHO (CC-BY-ND-2.0)
MADRID, 08 Feb. 15 / 08:05 pm (ACI/EWTN Noticias).- El P. Jorge Crisafulli lleva 20 años en África
trabajando con los niños y jóvenes más pobres bajo la espiritualidad de San
Juan Bosco. Él es el responsable de los misioneros salesianos que hay en África
occidental, que engloba Ghana, Liberia, Sierra Leona y Nigeria en donde viven
210 millones de personas, el 70 por ciento menores de 25 años.
El
P. Crisafulli ha presenciado la crisis del ébola con sus propios ojos y ha sido
parte activa de la solución. Según explica a ACI Prensa, tan sólo en Sierra Leona hay 1.500
niños que han perdido a sus padres y hermanos a causa del ébola y que se
encuentran absolutamente solos.
Ante
esa situación de emergencia el gobierno del país pidió ayuda a los salesianos
para que respondieran a las necesidades de estos niños.
"El
gobierno de Sierra Leona ya nos conocía por el trabajo que hacemos con los
niños de la guerra y nos pidió ayuda ante esta situación. Pensábamos que serían
unos 30 ó 40 niños, pero después del primer mes nos dimos cuenta de que los
números eran mucho mayores de lo que imaginábamos. Ahora tenemos un albergue
para 120 huérfanos del ébola", explica el P. Crisafulli.
Con
ayuda de organizaciones extranjeras como Manos Unidas, los salesianos en Sierra
Leona reformaron una escuela transformándola en un peculiar orfanato. Y es que
al tratar con niños que han estado en contacto con infectados del ébola las
medidas de precaución e higiene son extremadamente estrictas, en las que un
fallo o un descuido puede ser fatal.
"Cada
niño tiene su propia manija para abrir el agua de su ducha, por lo que nadie
toca nada que ellos hayan tocado. Nosotros trabajamos con niños que vienen con
un certificado de 'ébola free', es decir que no están infectados de ébola, pero
aun así tenemos que seguir un protocolo muy estricto porque un simple error
puede contagiarte", explica el sacerdote.
Y
es que según precisa algunos de esos certificados que acreditan que no se está
contagiado de ébola son falsos. Por eso todos los niños que llegan al albergue
de los salesianos pasan por un periodo de cuarentena en la llamada 'zona A', se
trata de una carpa en la que los chicos están aislados del resto. Tiene
capacidad para 60 personas, pero el centro puede albergar a 120 chicos en
total.
"Como
este virus tiene 21 días de incubación, hay veces que se piensa que no se está
infectado pero simplemente quizás los síntomas aún no se han manifestado
todavía. Todos los chicos que vienen a nosotros, sean del país que sean pasan
este periodo de cuarentena con enfermeras que han sobrevivido a este virus por
lo que pueden cuidarles”.
“Hay
mediciones de temperatura cada tres horas en la zona A durante los 21 días que
están los chicos allí para registrar desde el primer momento cualquier cambio
en ellos", afirma el P. Crisafulli.
Los
chicos que llegan allí están solos porque el ébola les ha quitado todo. Padres,
madres y hermanos han muerto por este virus, sin embargo el objetivo de los
salesianos es que se reintegren con su familia extendida, es decir que sus tíos o abuelos se
hagan cargo de ellos. "Tenemos trabajadores sociales y voluntarios
sierraleoneses que cuando llega un niño y se comprueba que está sano viajan al
pueblo del que procede para encontrar a algún miembro de su familia extendida
para que después pueda volver con ellos", asegura.
Sin
embargo esto no es siempre posible bien porque no queda nadie vivo o porque sus
familiares no quieren hacerse cargo del niño.
El
salesiano cuenta que "uno de los problemas graves que del que hemos sabido
recientemente es que hay veces que la familia extendida no quiere acogerlos
porque quieren quedarse con las tierras de los padres que han muerto y que le
corresponde al niño por único superviviente. Así lo rechazan, dicen que es
brujo y que por su culpa murió toda la familia y así se quedan con las tierras
del chico. Por eso hemos contratado algunos abogados para que se hagan
cargo de estos problemas y así los niños tengan un futuro".
"También
hay 'familias sustitutas', que es algo que nos ha funcionado muy bien con los
niños de la calle. A esta familia de sustitución se le ayuda económicamente
para que puedan darle de comer y lo que necesite", cuenta.
Pero
mientras los voluntarios encuentran a las familias o se les busca una
reubicación los niños deben salir del trauma y sanar las profundas heridas
emocionales con las que llegan tras haber perdido todo de una manera tan
trágica.
"Durante
los primeros días que están con nosotros todos son caras largas y tristeza.
Poco a poco con el calor de la acogida y el cariño se van encontrando mejor.
También les hacemos expresarse en terapias grupales, que saquen la rabia y el
dolor que tienen y que sienten y en esos talleres aprenden a manejar su rabia,
su ira", explica.
La
música y la danza juegan un papel muy importante en la recuperación
emocional de los pequeños. Todos los días de 2 a 4 de la tarde los chicos del
la casa de los salesianos aprenden a tocar un instrumento y mientras que otros
siguen el ritmo bailando y cantando.
Según
cuenta el P. Crisafulli "ahora hemos comenzado por la tarde una pequeña
actividad agrícola para que tengan contacto con la tierra y ellos se sientan
responsables de los alimentos que cultivan y después consumen".
Por
eso el P. Crisafulli asegura que la unión en este caso también hace la fuerza:
"el ébola no es solo un problema sanitario sino social, económico y sobre
todomoral.
Debemos trabajar unidos contra las raíces de la pobreza que son la ignorancia,
la falta de educación, la corrupción. Abramos los ojos y los oídos. Sintámonos
corresponsables".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario