EL VIGESIMO DIA
Su ternura supernatural
El amor que ardía
en el Corazón de Francisco de Sales no era suave, o afeminado, sino leal,
generoso, magnánimo, un amor real como el de los Benditos que aman tanto y
nunca sollozan. (Pere de la Riviere.)
‘Verdaderamente,’
él escribió, ‘yo no conozco a nadie en el mundo que sienta de una forma más
cordial, más tierna, y, para resumir, más amorosamente que yo; yo estoy lleno
de amor y de palabras amorosas. Tú sabes que yo hablo de la verdad y del amor
que yo siento por las almas, porque a Dios le ha complacido formar mi corazón
de esta manera. Pero, aun así, a mí me gustan las almas independientes,
vigorosas, y no las afeminadas; porque la suavidad confunde la mente, y
perturba y distrae al alma en la plegaria amorosa para con Dios. Cómo puede ser
que yo, que soy la persona más susceptible del mundo, sienta esto? Y aun así lo
siento verdaderamente, pero es maravilloso que yo pueda concordar todas estas
cosas, porque así es que yo amo nada más que a Dios, y a todas las almas por
Dios’. (Cartas.)
Hay muchas clases
de problemas en este mundo y muchas personas que son afligidas de tantas
maneras que deberíamos estar muy agradecidos cuando podemos ayudar a alguien a
cargar su cruz. Esta era la grandiosa práctica diaria de nuestro bendito y
caritativo Padre. (Santa Chantal.)
Un Ramillete Espiritual
Si consideramos a
nuestro vecino fuera del corazón de nuestro Señor corremos el riesgo de no
amarlo, ni pura, ni constante, ni imparcialmente. Pero dentro del corazón de
nuestro Señor, quién no lo amaría, lo soportaría, lo toleraría con todas sus
imperfecciones, quién lo hallaría desagradable o molesto?
Nuestro vecino
está en el corazón de nuestro Salvador; y él es tan amado por el Sagrado
Corazón y es considerado tan digno de amor, que el Amante muere de amor por él.
(Discursos.)
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