domingo, 15 de febrero de 2015

23er. CONSIDERACION VIRTUDES INTERIORES sFs


EL VIGESIMOTERCER DIA

Su condescendencia

La obediencia voluntaria de Francisco de Sales siempre fue maravillosa, y por ella él realizó grandes obras en todas las ocasiones. Cuando él estaba con otros Obispos él permanecía callado y sereno, sometiéndose a todos sus deseos, a un grado tal que era casi doloroso para ellos. Cuando él estaba en medio de sus subalternos él consultaba sus deseos hasta el punto en que era prudente hacerlo. El cedía ante sus opiniones, se sometía sin duda alguna a sus humores, sin importar cuan rudos o desagradables fueran estos y esto lo hizo sin discutir o sin manifestar enfado. Todo por amor a Aquel Quien por amor a nosotros se hizo obediente ante la muerte en la Cruz. (Pere de la Riviere.)

Qué no hizo él para satisfacer la disposición quejumbrosa de Mgr. Jean Francois, aun cuando Francisco era doce años más mayor que él? Cuando Jean Francois fue su coadjutor a Francisco le gustaba que él tuviera precedencia. Hablando un día de su inclinación por la sumisión a sus vecinos Francisco de Sales escribió, ‘Monseñor de Chalcedonia (su hermano) me ha corregido por esto y ahora me comporto de mejor manera, pero muchas veces cometo la misma culpa, y aun cuando esta es muy pequeña la reputación de mis antiguos hábitos se adhiere a mí y una culpa vale por tres.’


Un Ramillete Espiritual

Dios nos ordena tener caridad para con nuestro vecino, y es una grandiosa caridad cuando permanecemos uno en ellos, y para esto no hay mejor medio que la dulzura y la condescendencia; gentil, humilde, la condescendencia debe acompañar todas nuestras acciones. Dios me ha mostrado Su voluntad en la voluntad de mis hermanos, y por eso yo obedezco a Dios tantas veces como los obedezco a ellos. (Discurso XV.)



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