EL DECIMOCUARTO DIA
Su semejanza con nuestro
Señor Jesucristo
Habiendo leído y
cuidadosamente considerado las vidas de todos los Santos con cuyo ejemplo él
regulaba su conducta diaria, él se decidió a imitar al Santo de todos los
santos. El hizo esto con tal éxito que él le representó a este siglo la copia
más fiel del converse del Hijo de Dios con los hombres; porque él estaba
acostumbrado a vivir siempre en Su Presencia y a conformar todas sus acciones a
las de Él. (Pere Caussin.)
Parecía como si el
Padre Eterno se hubiera deleitado en formarlo siguiendo el mismo modelo de Su
amado Hijo, y en hacerlo una copia perfecta de ese Modelo Divino. Por eso
varias personas de gran piedad y merito no dudaron al decir que al ver a
Francisco de Sales ellos se sintieron como si hubiesen visto a nuestro Salvador
Mismo aquí en la tierra; así de firme era su aplicación de la caridad y
gentileza de Jesucristo en sus palabras y en su continencia. Verdaderamente
sería difícil nombrar a un Santo que haya practicado más perfectamente la
lección que nuestro Señor nos dejó cuando dijo, “Aprendan de mí porque yo soy
humilde de corazón.’ Y aún con todo esto no había nada excéntrico o afectado en
él, todo era simple y natural y su nobleza era tan admirable como su profunda y
sólida humildad.
Francisco de Sales
no tenía opinión de sí mismo; cándida y simplemente confesaba ser un gran
pecador. (Un Autor antiguo.)
Un Ramillete Espiritual
Cuando tengas la
oportunidad de practicar la virtud mira como Nuestro Señor la practicó cuando
vivió en medio de los hombres, e impulsa a tu corazón a ser un amoroso imitador
Suyo. Dile ‘Ven, sigamos a Jesús, nuestro buen Maestro, a través de la
imitación fiel.’ (Cartas.)
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Cuando tengas la
oportunidad de practicar la virtud mira como Nuestro Señor la practicó cuando
vivió en medio de los hombres, e impulsa a tu corazón a ser un amoroso imitador
Suyo. Dile ‘Ven, sigamos a Jesús, nuestro buen Maestro, a través de la
imitación fiel.’ (Cartas.)
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