No es ayuno no comer carne y después pelear y explotar a los
trabajadores
Francisco, en Santa Marta.
Ciudad
del Vaticano (AICA): Viernes 20 Feb 2015 | 10:21 am “El
ayuno que quiere Jesús es el que rompe las cadenas injustas, libera a los
oprimidos, viste a los desnudos, hace justicia. Este es el verdadero ayuno, el
ayuno que no es solamente externo, una observancia externa, sino que es un
ayuno que viene del corazón”, explicó el papa Francisco, esta mañana, durante
la homilía de la misa celebrada en la capilla de la Casa Santa Marta.
“El ayuno
que quiere Jesús es el que rompe las cadenas injustas, libera a los oprimidos,
viste a los desnudos, hace justicia. Este es el verdadero ayuno, el ayuno que
no es solamente externo, una observancia externa, sino que es un ayuno que
viene del corazón”, explicó el papa Francisco, esta mañana, durante la homilía
de la misa celebrada en la capilla de la Casa Santa Marta.
“El pueblo se lamenta delante del Señor porque no
escucha sus ayunos”. De este modo, el Papa habló del pasaje de Isaías en la
primera Lectura. Y señaló que es necesario distinguir entre “el formal y el
real”. Para el Señor “no es ayuno no comer carne” y después “pelear y explotar
a los trabajadores”. Por esto Jesús condenó a los fariseos porque hacían “muchas
observancias externas, pero sin la verdad del corazón”.
Sin embargo, el ayuno que quiere Jesús es el que
rompe las cadenas injustas, libera a los oprimidos, viste a los desnudos, hace
justicia. “Este es el verdadero ayuno, el ayuno que no es solamente externo,
una observancia externa, sino que es un ayuno que viene del corazón”,
explicó.
“En las tablas de la ley está la ley hacia Dios y
la ley hacia el prójimo y las dos van juntas. Yo no puedo decir: ‘Pero, no, yo
cumplo los tres primeros mandamientos y los otros más o menos’. No, si no haces
estos, esos no puedes hacerlos y si tú haces eso, debes hacer esto. Están
unidos: el amor a Dios y el amor al prójimo son una unidad y si tú quieres
hacer penitencia, real no formal, debes hacerla delante de Dios y también con
tu hermano, con el prójimo”.
Y como dice el apóstol Santiago, puedes tener mucha
fe pero si no haces obras, no sirve de nada. Por eso el Papa advirtió que uno
puede ir a misa todos los domingos y comulgar, y se puede preguntar: “¿cómo es
tu relación con tus trabajadores? ¿Les pagas en negro? ¿Les pagas el salario
justo? ¿También pagas la contribución para la pensión? ¿Para asegurar la
salud?”
Al respecto, el Santo Padre advirtió sobre esos
hombres y mujeres de fe que dividen las tablas de la ley: ‘sí, sí, yo hago
esto’ - ‘¿pero tú das limosna?’ - ‘sí, sí, siempre envío el cheque a la
Iglesia’ - ‘Ah, muy bien. Pero a tu Iglesia, en tu casa, con los que dependen
de ti -ya sean hijos, abuelos, trabajadores- ¿eres generoso, eres justo?’ “Tú no
puedes hacer ofrendas a la Iglesia sobre los hombros de la injusticia que haces
con tus trabajadores. Esto es un pecado gravísimo: es usar a Dios para cubrir
la injusticia”, advirtió.
De este modo, el Pontífice indicó que esto es lo
que el profeta Isaías en nombre del Señor hoy nos hace entender: “No es buen
cristiano el que no es justo con las personas que dependen de él”. Y no es buen
cristiano, “el que no se despoja de lo necesario para él para dar al que lo
necesita”.
El camino de la Cuaresma, afirmó el Pontífice “es
esto, es doble, a Dios y al prójimo, es decir, es real, no es meramente formal.
No es no comer carne solamente el viernes, hacer algo, y después hacer crecer
el egoísmo, la explotación del prójimo, la ignorancia de los pobres”.
Al respecto, el Papa dio un ejemplo: hay quien si
necesita curarse va al hospital y como es socio de una mutual es atendido
enseguida. “Es algo bueno, da gracias al Señor. Pero dime, ¿pensaron en
aquellos que no tiene esta relación con el hospital y cuando llegan deben
esperar 6, 7, 8 horas? también por una cosa urgente”, ¿se preguntaron?
Y así, el Papa reconoció que hay gente aquí, en
Roma, que vive así y la Cuaresma sirve para pensar en ellos: “¿qué puedo hacer
por los niños, por los ancianos, que no tienen la posibilidad de ser visitados
por un médico?”, que quizá esperan “ocho horas y después te dan turno para una
semana después”. “¿Qué haces por esa gente?” “¿cómo será tu Cuaresma?”
Por otro lado, preguntó si en esta Cuaresma hay
sitio en el corazón “para aquellos que no cumplieron los mandamientos”, “que se
han equivocado y están en la cárcel”. Si tú no estás en la cárcel -advirtió el
Papa- es porque el Señor te ayudó a no caer.
Finalmente, el Pontífice pidió al Señor que nos acompañe en nuestro camino cuaresmal para que la observancia exterior corresponda con una profunda renovación del Espíritu. +
Finalmente, el Pontífice pidió al Señor que nos acompañe en nuestro camino cuaresmal para que la observancia exterior corresponda con una profunda renovación del Espíritu. +
No hay comentarios.:
Publicar un comentario