DIA UNDECIMO PRIMERO
Su devoción al Santísimo
Sacramento
Qué podemos decir
de su profunda reverencia y respeto en la iglesia durante los días en que el
Bendito Sacramento era expuesto. Aquellos que lo vieron arrodillado con tan
profunda humildad, tal modestia en su continencia y tal recogimiento, nunca
percibieron que él apartara sus ojos ni por un momento. El no tocía o se movía;
estaba tan inmóvil como una estatua. Él nunca se cubría la cabeza ni con una
capota y sin importar el clima donde estuviera. Su cabeza era calva, y aun
cuando muchas veces fue picada por las moscas y sangraba, él nunca trataba de
apartarlas, prefería soportar este sufrimiento paciente y calladamente en vez
de cometer si quiera la más mínima irreverencia en Presencia de su Divino
Maestro.
Por último, él
confiaba grandiosamente en la Sagrada Eucaristía; él volaba hacia el altar con
un amor como el de un niño en todas sus dificultades, y nunca se apartaba sin
haber recibido ayuda. (Pere de la Riviere.)
Un Ramillete Espiritual
Nuestro Señor está cubierto por el velo de la
Sagrada Eucaristía, pero esto no debe impedir que lo adoremos allí, porque Él
era adorado por los reyes cuando él estaba envuelto en pañales.
Verdaderamente debemos adorar este Divino
Sacramento cien mil veces durante el día como muestra de gratitud por el amor
con el que nuestro Señor vive en medio de nosotros. (Sermones.)
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