¿Quieres ser un buen padre? Recibe estos
consejos del Papa Francisco
VATICANO, 04 Feb. 15 / 10:24 am (ACI/EWTN Noticias).- “Un buen padre sabe atender y perdonar, desde lo
profundo del corazón”, afirmó el Papa Francisco durante la Audiencia General en
el Aula Pablo VI, en la que reflexionó sobre el papel del padre en la familia, poniendo como ejemplo la parábola del Hijo
Pródigo.
Como
ya anunciase la semana pasada, la catequesis de
hoy se refirió a la función del padre en la familia, desde una perspectiva
positiva, dejando de lado los “peligros de los padres 'ausentes'”.
“Toda
familia necesita al padre”, comenzó diciendo. El padre “sabe todo lo que cuesta
transmitir esta herencia: la cercanía, la dulzura y la firmeza” pero también
“¡cuánto consuelo y cuanta recompensa se recibe cuando los hijos rinden honor a
esta herencia! Es una alegría que redime toda fatiga, que supera cada
incomprensión y cura todas las heridas”.
Francisco
habló después de algunas necesidades, como “que el padre esté presente en la
familia”. “Que sea cercano con la mujer, para compartir todo, alegría y
dolores, fatigas y esperanzas, y que sea cercano a los hijos durante su
crecimiento: cuando juegan y cuando se empeñan en algo, cuando están
despreocupados y cuando están angustiados, cuando se expresa y cuando están
taciturnos, cuando son atrevidos y cuando tienen miedo, cuando dan un paso
equivocado y cuando reencuentran el camino”. En todas estas ocasiones “el padre
debe estar siempre presente”.
Pero,
el Papa alertó de que estar presente no es lo mismo que “controlar”: “Los
padres demasiado controladores anulan a los hijos, no les dejan crecer”.
El
Pontífice puso como ejemplo el Evangelio que habla de Dios como de un “padre
bueno” y la Parábola del Hijo Pródigo o “del padre misericordioso”.
“Los
padres deben ser pacientes. Muchas veces no hay que hacer nada más que esperar,
rezar y esperar con paciencia, dulzura, magnanimidad, misericordia”.
Y
es que “un buen padre sabe atender y perdonar, desde lo profundo del corazón”.
Aunque “es verdad que también corregir con firmeza: no es un padre débil, que
deja hacer lo que sea, sentimental. El padre sabe corregir sin desanimar y al
igual sabe proteger sin descanso”.
Para
hacer más comprensibles sus palabras el Papa puso el siguiente ejemplo: “Una
vez escuché en una reunión de matrimonio a
un padre decir: 'algunas veces tengo que pegar un poco a los hijos... pero
nunca en la cara para no humillarles'”.
“Sin
la gracia que viene del Padre que está en los cielos, los padres pierden la
valentía y abandonan el campo, pero los hijos necesitan encontrar a un padre
que les espere cuando vuelvan de sus fallos. Harán lo que sea para no
admitirlo, para no reconocerlo, pero lo necesitan: y no encontrarlo abre sus
heridas difíciles de sanar”.
En
su catequesis, Francisco tomó algunas citas del Libro de los Proverbios
dirigidas a los propios hijos: “'Hijo mío, si tu corazón es sabio, también se
alegrará mi corazón: mis entrañas se regocijarán, cuando tus labios hablen con
rectitud'”.
“No
se puede expresar mejor el orgullo y la conmoción de un padre que reconoce
haber transmitido al hijo lo que de verdad cuenta en la vida, es decir, un corazón sabio”.
El
Papa explicó que este padre no decía “estoy orgulloso de ti porque eres igual a
mí, porque repites las cosas que digo y que hago yo”. “No, le dice alguna cosa
más importante, que podríamos interpretar así: 'Seré feliz cada vez que te vea
actuar con prudencia, y seré conmovido cada vez que escuche hablar con
rectitud'”.
“'Esto
es lo que he querido dejarte, para que se convierta en algo tuyo: la actitud de
escuchar y actuar, de hablar y juzgar con sabiduría y rectitud. Y porque tú
podrías ser así, te he enseñado cosas que no sabías, te he corregido errores
que no veías. Te he hecho sentir un afecto profundo y al mismo tiempo discreto,
que quizás no has reconocido plenamente cuando eras joven e insensato. Te he
dado un testimonio de rigor y de firmeza que quizás no entendieras, cuando
habrías querido sólo complicidad y protección”.
El
Papa continuó con el ejemplo: “He querido yo mismo, primero, ponerme en la
prueba de la sabiduría del corazón, y vigilar los excesos del sentimiento y del
resentimiento, para llevar el peso de las inevitables incomprensiones y
encontrar las palabras justas para hacerme entender. Cuando veo que buscas ser
así con tus hijos, y con todos, me conmuevo. Estoy feliz de ser tu padre”.
Y
“esto dice cómo es un padre sabio, un padre maduro”, aseguró Francisco.
Por
último, el Papa aseguró que “la Iglesia, nuestra madre, está empeñada en sostener con
todas sus fuerzas la buena y generosa presencia de los padres en las familias,
porque ellas son para las nuevas generaciones custodios y mediadores
insustituibles de la fe en la bondad, de la fe en la justicia y en la
protección de Dios, como San José”.
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